Túnez (marzo 2009)
Viernes, 20 de marzo de 2009
Nos levantamos temprano para terminar de preparar las maletas y cuando tenemos ya todo listo, con la moto cargada y dispuestos a empezar nuestro periplo, tenemos el primer susto: la moto no
arranca. Es más, no hace nada. Está muerta.
Finalmente, después de varias llamadas y muchos nervios, resolvemos el problema a lo clásico, con las pinzas de la batería.
A las 12.30 el barco sale de Palma llegando a Barcelona a las 19.15. Nos ponemos los cascos y tomamos carretera hacia Francia. Con más frío que vergüenza llegamos al hotel Formula 1 de Montpelier, un sitio curioso ya que no hay personal que atienda a los clientes, todo va por códigos y máquinas, en plan “low cost”. Después de una sopita de máquina (que nos sabe a gloria dadas las circunstancias), a dormir que mañana hay que madrugar.
Sábado, 21 de marzo de 2009
A las 05.30 suena el despertador y con más frío incluso que la noche anterior y sin desayunar, nos hacemos Montpelier – Marsella. La temperatura del ordenador marca 2,5 grados y probabilidad de hielo en la carretera. Cuando comienza a amanecer nos hacemos ilusiones pensando que el sol va a calentarnos. No es así. Llegamos al puerto y una vez pasados los controles y papeleos, nos ponemos a hacer cola cuando conocemos a otra pareja muy simpática que también va a Túnez en moto, una BMW850.
Una vez embarcados esperamos a ver si quedan camarotes para no ir en butaca (sólo pensamos en una ducha de agua caliente). Ya instalados, intentamos disfrutar del viaje en la medida de lo posible (20 horas…).
Pasados unos kilómetros paramos a comer en un chiringuito que tenía una pequeña barbacoa en la misma calle y las piezas de corderos colgados en el porche, para que viésemos que son frescos. Luego nos dimos cuenta que esto es muy común allí, pueden tener colgadas sólo las piezas de carne, sólo la piel del cordero o incluso el cordero entero. Como vimos más adelante, en otras
zonas es costumbre tener a los corderos vivos esperando su turno y allí mismo, delante de los comensales, rápidamente les rebanan el cuello y listo. A nosotros se nos hacía duro ver esto por lo que no paramos en estos sitios. Es más, vimos lo mismo pero con dromedarios y la verdad es que impresiona ver las cabezas colgando y al lado al dromedario atado con cara de “yo soy el siguiente”. En fin…
Finalmente llegamos a Le Kef donde nos alojamos en el hotel Leklil que está a la entrada del pueblo. Tras instalarnos nos fuimos a visitar la Kasbah y los fuertes (el grande y el pequeño) y dimos un paseo por el pueblo antes de volver al hotel.
Lunes, 23 de marzo de 2009
Después de desayunar en el hotel, ponemos rumbo a Sbeitla donde hay unas buenas ruinas romanas. Por la carretera, la policía nos para un par de veces y tras preguntarnos que de dónde somos y a dónde vamos, nos dejan marchar. Sospechamos que lo que quieren es ver la moto. Pasamos por Kasserine y nos sorprende porque es una ciudad más grande de lo que esperábamos, mucha gente y mucha vida en la calle. Antes de llegar a destino, congelados (todavía no hemos entrado en calor desde que salimos de Palma), paramos a comer en un sitio como el de ayer (sin animales vivos esperando su turno) y pedimos medio kilo de carne. Nos traen la ensalada, la harissa, la botella de litro de Coca-Cola y empiezan a traer platos y platos de carne (muy rica). Cuando ya no podíamos más preguntamos y nos dicen que nos han entendido un kilo, que ya les parecía demasiado pero que no dijeron nada y allí estábamos nosotros con toda la carne en la mesa… Tras la comilona llegamos a las ruinas de Sufetula (Sbeitla) y nos hacemos un motón de fotos porque realmente está todo muy bien conservado.
Una vez visto todo, nos vamos a Gafsa donde buscamos el camping que está a las afueras del pueblo, en una zona un poco escondida y cerca de un barrio bastante cutre y sucio. Cuando ya está montada la tienda, nos vamos dando un paseo a visitar el pueblo (las piscinas romanas están vacías y los niños aprovechan para jugar
Después de cenar y en cuanto se va la luz nos vamos a dormir. Pasamos un frío espantoso y sólo pensamos en nuestros vecinos de parcela que en sus caravanas bien preparadas, seguro que tienen un edredón de plumas. Una noche terrible.
Martes, 24 de marzo de 2009
Una vez en Tozeur (puro oasis con su palmeral en pleno desierto) nos cuesta un poco encontrar hotel pero finalmente nos alojamos en el hotel Warda. Está bien, limpio, económico y sobretodo, calentito. Cogemos la moto de nuevo y nos vamos hasta Midés (a ver el cañón) y a Tamerza donde nos paramos en las cascadas (una turistada). El paisaje desde Tozeur es una pasada, se sube por una carretera con vistas espectaculares. También atravesamos chott el-Gharsa. Lo malo es que vuelve a hacer mucho viento y la moto tira mucho.
De vuelta en Tozeur nos damos un paseo por el centro y compramos unos recuerdos (no puedo dejar de sentirme estafada, no tenemos ni idea de regatear). Cenamos en un pequeño restaurante tunecino junto al hotel que está muy bien ambientado y se come fenomenal, lo recomiendo.
Miércoles, 25 de marzo de 2009
Nos despedimos de Tozeur y su palmeral y nos vamos hacia Douz. De camino paramos en Chott el Jerid a hacernos unas fotos. Un sitio impresionante. Es un mar evaporado donde queda la sal y algo de agua en algunas zonas. Es digno de ir a visitar.
Una vez en Douz visitamos el zoco, hacemos algunas pistas con la moto y una pequeña excursión por las dunas en dromedario cuando ya está atardeciendo. Para cenar hemos localizado un pequeño local donde comemos muy bien, la comida tunecina nos está gustando mucho. Manolo no se cansa de la harissa, aunque pica un montón.
Mañana nos espera el mercado semanal de animales y una ruta con la moto por pistas en los alrededores de Douz por lo que nos vamos al hotel a descansar.
Jueves, 26 de marzo de 2009
Después de desayunar unas tortitas con miel muy ricas, nos vamos dando un paseo (2,5 km) hasta el pueblo donde nos encontramos con mucha gente y bullicio, típico de los días de mercado. Nos han dicho que se podrían ver dromedarios bebés pero hoy no hay. Nos damos un buen paseo y nos volvemos al hotel a buscar la moto atravesando el palmeral. Es sorprendente ver toda la vegetación y el agua corriendo de esa forma en mitad del desierto.
Nos acercamos a Zaafrane, un pueblo cercano a Douz, donde tenemos previsto empezar las pistas. Todo va bien hasta que nos caemos con tan mala suerte que me quemo una mano y nos volvemos a Douz a buscar una farmacia. El resto del día lo dedicamos a descansar. Mi mano está hecha una pena pero por la noche no me duele y consigo dormir bien.
Viernes, 27 de marzo de 2009
Llegados a Matmata visitamos unas casas “trogloditas” (no la de Star Wars) y nos quedamos a comer. EL dueño nos dice que el alojamiento que tenemos pensado en Ksar Rhilane es muy caro y nos recomienda otro sitio donde tenemos que preguntar por “Fatid el gordo”, que le dijéramos que vamos de su parte, nos haría un buen precio. Le damos las gracias y después de un rico cuscús nos vamos, tenemos por delante alrededor de 100 km de puro desierto, dirección sur.
Hace mucho calor pero la grandiosidad de este paisaje nos envuelve, desierto, dunas, dromedarios… Disfrutamos mucho de este tramo del camino y cuando llegamos a Ksar Rhilane
tenemos que atravesar una parte de camino de arena muy fina que nos cuesta un poco pero finalmente llegamos al oasis que hay a unos kilómetros del pueblo. Esta noche dormiremos en una tienda bereber. Después de bajar las maletas, nos vamos a buscar las fuentes de agua que salen del suelo formando unas piscinas. Nos decepciona un poco porque se han montado unos chiringuitos alrededor de ellas y le quitan todo el encanto. En fin.
De nuevo no podemos resistirnos a montar en dromedario al atardecer, esta vez para ir a visitar un fuerte romano que hay 8 km dunas adentro. No puedo evitar sentirme cada vez más enganchada por el desierto, su arena fina como la harina, su silencio, sus paisajes infinitos.
Sábado, 28 de marzo de 2009
En el desayuno de hoy, aparte de comer tortas de pan, mantequilla y miel, probamos una especie de pasta típica de por aquí que se hace con sésamo y está muy buena.
Tenemos que ir hasta la isla de Djerba y debido a que de nuevo sopla un fuerte viento, el camino se nos hace duro. Tenemos que parar a descansar en mitad de ninguna parte. El paisaje sigue siendo espectacular, estamos atravesando unas montañas con muchas curvas cuando llegamos a un pueblo llamado Toujane, es precioso. Las
construcciones de las casas llaman la atención al estar metidas en la montaña. Aquí aprovechamos para tomar un café y un poco de pan con aceite que nos sabe fenomenal.
En un periquete llegamos a Medenine y a partir de aquí y para nuestra gran decepción, el paisaje se vuelve francamente feo, no tiene nada que ve con lo que hemos estado viendo hasta ahora. Y lo peor es que toda la zona que vamos a recorrer lo que nos queda de hoy y mañana, hasta que lleguemos a El-Jem, va a ser así. El hecho de que empecemos a costear y lo que puedes pensar que podría ser bonito al ir bordeando el mar, no cambia para nada lo dicho. También se nota que estas zonas están más pobladas que lo anteriormente visitado y está todo más sucio y sin cuidar.
Al llegar a El-Jorf cogemos el ferry que nos llevará a nosotros y a la moto hasta Djerba. Gracias a las indicaciones de los operarios, nos colamos delante de una larga fila de coches y, para nuestra sorpresa, nadie se queja (si lo hubiésemos hecho en nuestra ciudad ¡ya estaríamos muertos!). El trayecto dura apenas 10-15 minutos y enseguida estamos desembarcando. Hoy vamos a dormir en Houmt Souq, la capital de la isla, un pequeño pueblo blanco y azul con mucho encanto, parece un zoco gigante lleno de tiendas por todas partes. Nos alojamos en la zona del Puerto Deportivo, una área bastante nueva que se ve que están promoviendo. Así como el camino desde Medenide no nos ha gustado nada, el pueblo en sí bien merece una visita.
Domingo, 29 de marzo de 2009
Nos levantamos temprano ya que hoy nos espera la etapa más larga de todo el viaje y, encima, cuando salimos a la calle vemos que está lloviendo y la temperatura ha bajado bastante. Nos acordamos de que hoy se cambiaba la hora.
De nuevo tomamos el ferry de vuelta al continente (otra vez nos colamos) y hacemos Gabes, Sfax (ciudad que nos resulta demasiado grande y bulliciosa, después de tantos pueblos pequeños visitados en los últimos días). Paramos a comer algo antes de llegar a El-Jem en un pequeño local donde da miedo pedir hasta agua… Cuando llegamos al coliseo nos quedamos con la boca abierta. Recomiendo su visita a todo el que esté planeando visitar Túnez. Es asombroso pensar la de tiempo que lleva esa construcción allí y que se haya mantenido como está.
Otra vez en carretera, hacemos 70 kilómetros de los cuales los 12 últimos son de lo peor que nos hemos encontrado hasta ahora, respecto al estado de la carretera. Afortunadamente, el paisaje recobra la belleza de días atrás. Finalmente llegamos a Kairuán donde nos alojamos en el hotel La Kasbah que está en la misma muralla que rodea la medina. Recomiendo dejarse caer por alguna pastelería ya que en esta ciudad hacen unos deliciosos dulces. Cuando nos vamos a dar un paseo, nos engancha un “falso guía”, de esos que no aceptan un no por respuesta, y nos enseña los sitios más importantes. Eso sí, nos lleva corriendo de un sitio a otro por las callejuelas, casi no podemos ni sacar la cámara para hacer fotos. Cuando finalmente conseguimos deshacernos de aquel “hombre maratón” aprovechamos para recorrer las asombrosas calles de este precioso lugar, esta vez con toda la calma del mundo. Un sitio espectacular para investigar sus recovecos y dejarse llevar aun a riesgo de desorientarse (no hay problema, siempre se sale). Una vez vista La Gran Mezquita, volvemos al hotel donde tras una buena cena, nos fumamos una chicha de regaliz antes de irnos a dormir.
Lunes, 30 de marzo de 2009
Nos damos cuenta de que llevamos bastante más de una semana de viaje y nos parece increíble cómo se nos está pasando el tiempo. Eso es señal de que nos lo estamos pasando bien, claro.
Nos levantamos temprano y tras otro pequeño paseo por la medina, hacemos el check out y ya ponemos rumbo a Sidi Bou Said. Hoy no haremos muchos kilómetros y la carretera es autopista por lo que nos lo podemos tomar con calma. Llegando a las afueras de Túnez, el paisaje cambia por completo e incluso se ven bosques, todo muy bonito. Cuando llegamos a la ciudad la bordeamos y enseguida
llegamos a Sidi Bou, típico pueblo costero mediterráneo, con callejuelas empinadas, casas blancas y azules y muchas, muchas buganvillas y mimosas. El hotel donde pasaremos las dos próximas noches está en la parte de arriba, hay que atravesar unas callejuelas adoquinadas y peatonales, un poco complicado con la moto pero finalmente y con la inestimable ayuda de los señores del hotel, llegamos. Según entro, me dirigen a la zona de la piscina en una pequeña terraza con vistas al mar, me dan un zumo de naranja recién exprimido y un ramillete de jazmín (típico de aquí). No me dejan tocar ni una maleta, esto es gloria…
Lo que nos queda de día nos dedicamos a pasear, tomar el sol, tomar té con piñones y fumar chicha. A la hora de la cena localizamos un sitio pequeño y con muy buena comida y servicio. Mañana repetiremos seguro.
Martes, 31 de marzo de 2009
Tras un estupendo desayuno en la terraza de la piscina del hotel, nos vamos dando un paseo hasta la estación del tren para ir a Cartago. Nos bajamos en la terminal de Carthage Presidence y desde allí comenzamos el recorrido por las Villas Romanas, el teatro, la basílica y las impresionantes Termas de Antonino. Lo que vemos nos deja con la boca abierta. Continuamos recorriendo las avenidas de Cartago, lugar
residencial de alto nivel (sólo hay que decir que la Residencia del Presidente se encuentra aquí) pasando por la colina Byrsa para llegar finalmente a lo que fueron los puertos, hoy hace falta mucha imaginación para hacerse una idea de lo que pudo ser entonces en dimensiones e importancia.
Después de una buena caminata, tomamos de nuevo el tren en la terminal Carthage Byrsa y volvemos a Sidi Bou Said a relajarnos bebiendo té y fumando chicha. Hacemos las compras de último momento ya que el viaje se está terminando y mañana tomamos el barco de vuelta a casa.
Miércoles, 1 de abril de 2009
Salimos temprano del hotel para llegar a las 08.00 al puerto con el fin de hacer todos los papeleos y trámites cuanto antes. Para nuestra sorpresa, aquí nos damos cuenta de que en Túnez no se cambió la hora la noche del pasado sábado al domingo y llevamos 4 días viviendo una hora adelantados… Lo que es estar de vacaciones, una total desconexión. ¡Lo malo es que ahora nos toca esperar hasta que abran la oficina para retirar las tarjetas de embarque!
El barco sale con 40 minutos de retraso y no llegaremos a Marsella hasta mañana por la mañana así que nos lo tomamos con calma e intentamos entretenernos leyendo y mirando las fotos y vídeos del viaje. Estamos muy contentos; la moto, quitando el susto inicial, no nos ha dado ningún problema, ni un pequeño pinchazo que teniendo en cuenta por los sitios que nos hemos metido, no hubiese sido de extrañar. Igualmente, el país en sí nos ha gustado más de lo que esperábamos, quizás porque sea un destino muy trillado por los viajes en grupo no causa gran interés a los viajeros independientes pero yo, tras estos días, lo recomiendo encarecidamente. Y su gente es maravillosa en general, quitando a los oportunistas que intentan sacar todo lo que pueden en cuanto ven a un turista, el resto de las personas que hemos conocido han sido pura amabilidad y nos han ayudado siempre desinteresadamente.
Ahora ya tenemos ganas de llegar a casa pero todavía nos queda otro día de camino.
Jueves, 2 de abril de 2009
Llegamos a Marsella donde se ven unos nubarrones importantes. Todo el camino hasta Barcelona lo hacemos bajo una lluvia fuerte y persistente que nos hace el camino muy incómodo. Los trajes de agua nos han venido fenomenal pero aun así, lo único que queremos es una ducha de agua caliente. Cuando llegamos a Barcelona, comemos en una casa gallega donde entramos en calor gracias a un buen caldo. No embarcamos hasta las 23.00 horas y finalmente en el camarote, podemos ducharnos y cambiarnos de ropa.
En unas horas estaremos llegando a Palma y final del viaje. Ahora sólo nos queda pensar en el próximo destino… ¿dónde será?
Viernes, 3 de abril de 2009
Ya estamos en casa, agotados pero muy contentos. Un viaje extraordinario.
Etiquetas: 2009, Túnez Marzo 2009